Ambiente y Desarrollo Sustentable · ISO 14001 · RSE

La conservación del Sistema Acuífero Guaraní. El aporte del enfoque de la Economía Ecológica para un desarrollo sustentable.

«El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza.» Leonardo da Vinci.

 

 
   Autores:    Lic. Marcelo D. Goyochea
                         Ing. Marisa C. Espínola Méndez.

 

 

Índice:

Introducción

  1. Descripción del recurso natural

1.1.        Riquezas Diversas del Sistema acuífero Guaraní

  1. Usos del Recurso

2.1.      Debilidades del Sistema Acuífero Guaraní

2.2.      Actores Sociales

  1. Marco legal e institucional

3.1.      Proyecto para la protección ambiental y desarrollo sostenible del sistema acuífero guaraní

Conclusión

Bibliografía

 

 

Introducción

Durante los últimos 2000 años, la cultura occidental ha creído que el hombre se encontraba separado del entorno natural, esto se puede observar a través de las distinciones conceptuales que se han desarrollado a lo largo de la historia. En un primer momento estaba respaldado por creencias religiosas que partían de un paradigma monoteísta. Planteaban que los seres humanos llegamos a este planeta en un acto separado de intervención divina, ulterior a la creación de lo que conocemos como naturaleza.

A posterior, el materialismo científico se apropió del paradigma basal de la civilización diferenciándolo de lo salvaje. De esta manera, se refuerza la idea de nuestra separación del entorno sugiriendo que la misión de la ciencia es gobernar y controlar la naturaleza. También el darwinismo planteó una historia totalmente diferente sobre los orígenes, pero en esencia con la misma conclusión: llegamos al planeta como resultado de un improbable linaje de mutaciones aleatorias.

Es así que, a lo largo de la historia, la relación hombre-naturaleza ha tomado distintas posiciones pero es desde la revolución industrial en donde se produjo un quiebre brusco con el entorno. La humanidad recurre a los grandes avances tecnológicos y utiliza la naturaleza únicamente como un recurso a extraer sin prever ni buscar una manera de reponer.

El problema que se plantea en la mayoría de la literatura es el considerar solamente al progreso y al crecimiento económico como el estado normal de las sociedad y en la solución de los siguientes elementos y su combinación: en la tecnología para resolver los problemas, en la empresa libre, en el gobierno limitado por la propiedad privada, en la libertad individual.

Este progreso se constituye a partir del gradual e incesante perfeccionamiento del saber que incluye diversos conocimientos técnicos científicos. Perfeccionándose en el manejo de múltiples herramientas que le permite enfrentarse a los múltiples problemas de la naturaleza y en la vida de una sociedad económica y políticamente organizada.

El conocimiento objetivo de la ciencia y de la tecnología le ha permitido avanzar, mejorar y perfeccionarse en un sentido material. De esta manera es importante tener presente que “La epistemología mecanicista es responsable de un pecado aún mayor de la economía moderna, el de la total ignorancia del papel que juegan los recursos naturales en el proceso económico.” (Aguilera, 1994)

En la economía tradicional, cuya racionalidad es acumular beneficios económicos en el menor tiempo posible, toma al consumo como el acto final del proceso productivo. Esta racionalidad, tomando en cuenta el medio ambiente, no ha permitido avanzar en una mirada sistémica compleja como lo que plantea la economía ecológica.

Cuando se menciona una mirada sistémica, hacemos referencia a lo que plantea García (1994) cuando argumenta “…que los sistemas complejos se caracterizan por la confluencia de múltiples procesos cuyas interrelaciones constituyen la estructura de un sistema que funciona como una totalidad organizada.” Estos procesos se dan en el medio físico-biológico, la producción, la tecnología, la organización social y la economía.

En este sentido nos parecen interesantes los aportes de la economía ecológica que se ocupa “…de la naturaleza física de los bienes a gestionar y la lógica de los sistemas que los envuelven, considerando desde la escasez objetiva y la renovabilidad de los recursos empleados, hasta la nocividad y el posible reciclaje de los residuos generados,..” (Aguilera, 1994). Con referencia al recurso natural que tomaremos en cuenta en este trabajo, el agua, la concebimos como sustento líquido para la existencia de la vida en la Tierra.

Las distintas sociedades definen, diseñan y desarrollan sus conocimientos en acuerdo a la definición ontológica que emana de su cultura. Justamente esta definición ontológica nos permitirá comprender la concepción que tienen las sociedades sobre el agua y que se plasma desde lo institucional. En este sentido la economía ecológica orienta en “…el marco institucional para que éste arroje ciertas soluciones y no otras en costes, precios y cantidades de recursos utilizados, de productos obtenidos y de residuos emitidos.” (Aguilera, 1994)

Actualmente, “…más de 2600 millones de personas, el 40 % de la población mundial, no tienen acceso a servicios de saneamiento y más de 1000 millones aun obtienen su agua para beber (a la que ni siquiera se la puede llamar potable) de fuentes insalubres. El problema de la escasez de agua potable favorece las infecciones y amenaza el desarrollo humano en muchos Estados.”[1]

La experiencia nos muestra que cada vez se destruyen fuentes de agua dulce. La misma se extrae de ríos o acuíferos. Entre las prácticas sociales relacionadas con el agua y asociada al sistema económico moderno, se pueden mencionar grandes cantidades orientadas a los cultivos que la necesitan pero también orientadas a cultivos poco apropiados al clima y al territorio donde se lleva a cabo.

También es necesario agregar el abastecimiento de agua de las enormes zonas urbanas, comercialización de millones de litros de agua para consumo humano e incorporado a la enorme cantidad de productos que recorre fronteras bajo los dictámenes de un modelo de consumo y de alimentación, la deforestación y degradación que se hacen en los bosques que acaba reduciendo la cantidad de agua de lluvia que recibimos, el cambio climático que es responsable de una mayor evaporación de las aguas superficiales y el derretimiento de los glaciares.

Todas estas prácticas sociales no toman en cuenta el ciclo hidrológico para mantener la sostenibilidad del recurso. Esto se debe a un tipo de racionalidad productiva de corto plazo que no respeta la tasa de sustitución de la naturaleza para reponer el recurso, corriéndose el riesgo que el mismo se vea reducido. Desde nuestra posición es necesario comprenderla con una racionalidad sustentable y es éste el eje a indagar.

Frente a este grave problema las respuestas de los gobiernos suelen ser equivocadas o insuficientes. En las significaciones de una supuesta mejora de la eficiencia, una ola de privatización del agua recorre todos los países, buscando convertirla en una mercancía lucrativa y acabar con los sistemas públicos locales o comunitarios de gestión y preservación del agua. Aquí surge nuestro interés de analizar el Sistema del Acuífero Guaraní desde la economía ecológica.

 

1.    Descripción del recurso natural

El reservorio de agua dulce subterránea que analizaremos en el presente trabajo, es el Sistema del Acuífero Guaraní. El término Acuífero Guaraní es una denominación unificadora de diferentes formaciones geológicas que fue dado por el geólogo uruguayo Danilo Antón en homenaje a la Gran Nación Guaraní, que habitaba esa región en los orígenes del periodo colonial.

El Acuífero fue inicialmente denominado Acuífero Gigante del Mercosur. Esta denominación es dada “…por ocurrir en los cuatro países participantes del referido acuerdo comercial” (Araujo, 1995). Estos cuatro países son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. El mismo constituye una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta que se encuentra en el subsuelo y primero en su grado de pureza. Actualmente no se encuentra sobreexplotado y contaminado.

El mismo se extiende desde la Cuenca Sedimentaria del Paraná a la Cuenca Chaco-Paranaense. Está localizado en el centro-este de América del Sur, entre 12° y 35° de latitud Sur, y, 47° y 65° de longitud Oeste. Brasil es el que alberga la mayor parte del acuífero con 840.000 kilómetros cuadrados, seguido de Argentina con 225.500 kilómetros, Paraguay con casi 72.000 y Uruguay con 58.500 kilómetros cuadrados.

Es necesario destacar que se desconoce el límite oeste del Sistema Acuífero Guaraní en el Paraguay. Igual sucede en el territorio Argentino, se estima que se prolonga hacia la cuenca del Bermejo pero también es desconocido el límite sur, no se descarta que continúe hacia las regiones pampeana y patagónica, pudiendo llegar a conectarse con la zona de los grandes lagos precordilleranos, en este sentido el acuífero sería muchos más amplio de lo descripto.

Actualmente ocupa una superficie aproximada de 1,2 millones de kilómetros cuadrados. El volumen de agua permanente se calcula en unos 45.000 kilómetros cúbicos y la recarga en casi 200 kilómetros cúbicos por año. En algunos lugares el recurso aflora o está a sólo 50 metros de profundidad y en otros llega hasta los 1.800 metros. Debido al gradiente geotérmico, las aguas del Acuífero pueden alcanzar temperaturas relativamente altas, en general entre 50° y 65º C.

En cuanto a su composición geológica, el mismo está constituido por el relleno de espacios en las rocas (poros y fisuras), convencionalmente denominadas Guaraní. Estas rocas se constituyen de un paquete de capas arenosas depositadas en la cuenca geológica del Paraná, entre 245 y 144 millones de años atrás. El paquete de capas que constituye el acuífero tiene arquitectura arqueada hacia abajo como resultado de la presión de las rocas sobre yacentes, como los espesos derrames de lavas basálticas originadas de la activación de fallas, arcos regionales y surgimiento de bordes, ocurridos en la cuenca sedimentaria del Paraná.

El geólogo Eduardo Hindi (2012) explica que lo que hay son piedras. “El agua ocupa espacio entre los granos de arena. El acuífero es una roca porosa con capacidad de absorber el agua.”[2] La recarga natural ocurre por medio de la infiltración directa de las aguas de lluvia en las áreas de afloramientos de las rocas del Guaraní; “…y de forma indirecta por infiltración vertical (drenaje), a lo largo de las discontinuidades de las rocas del paquete confinante sobre yacente, en las áreas donde la carga piezométrica favorece los flujos descendentes.” (Santa Cruz, 2009)[3]

Es decir, el comportamiento hidráulico del Sistema Acuífero Guaraní puede clasificarse como libre en los ámbitos de afloramientos hasta unos 50-100 mts de profundidad. Entre los 200-300 mts, como semiconfinado y por debajo de este nivel se lo denomina como confinado. “En los sitios de fuerte confinamiento, generalmente otorgado por la cobertura basáltica, es común la surgencia con caudales de hasta 500 m³/h, mientras que con bombeo se lograron hasta 1.000 m³/h.” (Auge, 2009)[4]

Figura N° 1: Delimitación General de las zonas para la gestión del recurso en el Sistema Acuífero Guaraní.  Año 2009

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Fuente: The World Bank

Bajo condiciones naturales, apenas una porción de las reservas reguladoras es posible de explotación. En general, esta parte es calculada entre 25% y 50% (Rebouças, 1992) de las reservas reguladoras. Este porcentaje puede aumentar dependiendo de la adopción de técnicas de desarrollo de acuíferos disponible. Los estudios deberán profundizarse para definir la tasa de explotación sostenible de las reservas, una vez que las sumas de las extracciones, con las descargas naturales del Acuífero para los ríos y océano, no pueden ser superior a su recarga natural.

 

1.1.                Riquezas diversas del Sistema Acuífero Guaraní

“La gran riqueza del Acuífero Guaraní es la diversidad de utilización, tanto para consumo como para turismo hidrotermal”, resalta el biólogo Borgheti (2011)[5]. En el interior del Estado de Paraná (Brasil), el acuífero brinda agua y salud todo el año. Piletas de agua caliente, baños termales, aguas que brindan salud. Estas aguas poseen sulfato de calcio, de magnesio, carbonatos de sodio y potasio, minerales poderosos contra reumatismos y dolores musculares.

El acuífero también posee agua mineral que contiene vanadio. Este mineral posee propiedades medicinales que actúa contra el colesterol y ayuda al funcionamiento del páncreas y el hígado, combate la diabetes y favorece el equilibrio de la salud. En todo el mundo sólo existen otros tres pozos con este elemento, uno se sitúa en Francia, otro en Ibirá (interior de San Pablo, Brasil) y otro en Sao Lorenzo (Mina Gerais, Brasil).

A parte el acuífero posee otras riquezas. A la excelente calidad del agua subterránea apta para consumo humano y agropecuario, debe agregarse su riqueza en elementos químicos tales como el deuterio y el tritio, utilizados en astronáutica y en ensayos termonucleares respectivamente. Además, a través de la lluvia que penetra en la tierra y en el acuífero: uranio, torio y silicio se han encontrado. Todos aptos para la industria espacial y aeronáutica.

 

2.   Usos del recurso

La sociedad cuenta con un sistema económico que organiza los factores disponibles para producir los bienes y servicios necesarios para su reproducción. “Estos factores, trabajo, capital y recursos naturales, se combinan de una determinada manera de acuerdo a la tecnología disponible y de acuerdo a los diversos sectores de la producción.” (Lacabana, 2010).

En la región comprendida por el Sistema Acuífero Guaraní habita aproximadamente unos 15.000.000 habitantes. Constituye la principal fuente de suministro de agua dulce para abastecimiento urbano, industrial, para riego y baño terapia. En Brasil, más de 500 ciudades de entre 3.000 y 500.000 habitantes son abastecidas total o parcialmente por él. Sólo en el Estado de San Pablo, más del 60% de la población (es decir, 5.500.000 personas) dependen de sus aguas.

El Sistema Acuífero Guaraní al poseer calidad de agua mineral, como en el caso de la Ciudad de Ribeirão Preto (interior de San Pablo) que es abastecida en un 100 por ciento por aguas subterráneas, es necesario tener presente su costo de producción que es 50 veces menor al tradicional. Esta producción tradicional significa extraer el agua del río y luego, a través de un proceso de tratamiento, es ofrecida al consumo humano.

Los responsables del tratamiento en la ciudad mencionada anteriormente, argumentan que no sería necesario el cloro: “Como sale de la tierra, puede ser consumida. Es de excelente calidad y puede ser encuadrada como agua mineral”, afirma el ingeniero Adalton Santini (2011), del Departamento de Água y Esgoto de Ribeirão Preto (Dearp).[6]

En el Paraguay hay unas 200 perforaciones que proveen agua a poblaciones situadas en el sector oriental del país, sobre todo poblaciones rurales, también es utilizado para uso agrícola. Se abastecen a pequeñas comunidades de no menos de 4.000 habitantes porque sus caudales son escasos, dado que se capta sólo la sección superior del mismo. En Uruguay existen aproximadamente 135 perforaciones que se utilizan para abastecimiento público, regadíos, industrias, secado de grano y control de heladas y 7 pozos para turismo termal.

En la Argentina, en datos aproximados existen 100 pozos para abastecimiento humano y regadío. Aproximadamente 7 perforaciones de 1.000 a 1.300 m, situadas en Entre Ríos, que se emplean para baño terapia. Se incluye dentro de los 100 pozos aquellos de menos de 200 mts, en Misiones y Corrientes, donde el acuífero aflora o se ubica a poca profundidad. Recientemente se terminó un pozo en Oberá (Misiones) de 1.300 m.

De todas las actividades económicas que se realizan en estos países con respecto al recurso agua provisto por el Sistema del Acuífero Guaraní, se menciona a grandes rasgos actividades orientadas para uso de consumo humano de grandes centros urbanos un 70%, para zona rural un 5 % orientado a la agricultura y ganadería, para uso industrial un 20% y para uso turístico a través de centros de tratamientos de salud por las propiedades de sus aguas termales un 5 %.

Lo anteriormente expresado serían las cuestiones endógenas con referencia al encuadre para el análisis sistémico. Estas actividades que se comercializan y se consumen, mejoran la calidad y nivel de vida de las poblaciones pero también nos lleva a analizar una problemática actual expresada por el español Joan Girona (2013) que es ingeniero agrícola y profesor en la Universidad de Lleida. “Enfrentamos el desafío de producir más alimentos para más población, pero con menos agua.”[7]

Esto nos lleva a plantear el concepto de huella hídrica, el mismo resulta de un desprendimiento del concepto de huella ecológica[8].El concepto de huella hídrica, surgen en el año 2002 a través de Arjen Hoekstra, experto del Instituto UNESCO-IHE, que argumenta que es “….el total del agua que cada persona, industria o país emplea para sus diversas actividades, y la que necesita para producir los bienes y servicios que consume esa persona, esa industria o tal país.”

En este sentido la huella hídrica de un paísse define como “…el volumen total de agua que se utiliza para producir los bienes y servicios consumidos por sus habitantes (Chapagain y Hoekstra, 2004).” Según estos autores los principales factores que estarían determinando la huella hídrica de un país es el consumo de aguapromedio por persona, los hábitos de consumode sus habitantes, el clima y la eficiencia en el uso del agua en las prácticas agrícolas.

Tomando en cuenta la teoría de los sistemas hay que destacar cuestiones exógenas con referencia al Sistema Acuífero Guaraní que se encuentran interaccionando. En este sentido tendríamos que mencionar las actividades de comercialización y consumo fuera de los países que se benefician del recurso. Estos son las exportaciones de alimentos que llevan incorporado el agua. Como bien expresa Gertjan Beekman (2013)[9],  ingeniero civil nacido en Holanda pero que vive en Brasil “No vendrán aquí (de otras latitudes) por nuestra agua sino por el alimento que contiene el agua.”

De esta manera es importante asociar al concepto de huella hídrica con el concepto de agua virtual.[10] Así el agua virtual es “…el volumen de agua que se necesita para una determinada producción, y es calculado por producto, y en particular se vincula este concepto con las exportaciones o salidas e ingresos de agua entre países o regiones.” (Herrero, 2012)[11]

Según Hoekstra, el 67% del comercio global de agua virtual está relacionado con el comercio internacional de cultivos, el 23% con el comercio de ganado y productos cárnicos y el 10% restante con el comercio de productos industriales. De esta manera se observa que a nivel global la agricultura es el primer sector económico en cuanto al uso de agua, siendo este el principal elemento del comercio del agua virtual.

“El agua virtual dota a los gobiernos de una herramienta útil para planificar su economía en relación con la escasez de agua, favoreciendo la exportación de productos ‘caros en agua’ (water-expensive products) en los países con excedentes importantes, y animando a su importación en los países que padecen estrés hídrico, como es el caso de España.” (Herrero, 2012)

Esto plantea una problemática en un futuro en cuanto a cómo usar el agua, ya que se estima un crecimiento de la población mundial alrededor de 9.000 millones de habitantes para el 2050.[12] Girona (2013) afirmó que: “Si somos capaces de hacer más eficiente el uso del agua, la crisis no sucederá. Si seguimos en la dirección actual la lucha será mayor día a día.” Ocurre que para la elaboración de alimentos es indispensable la utilización del agua y en una medida que sorprende, si se evita el despilfarro y se aplican tecnologías de riego esto podría reducirse.

 

2.1.           Debilidades del Sistema Acuífero Guaraní

Si bien la surgencia constituye un factor favorable para la protección respecto a la contaminación, es importante señalar que en las áreas donde el acuífero aflora o se ubica a poca profundidad con respecto de aquellas donde no manifiesta surgencia natural o donde ésta se ha perdido debido al bombeo, el acuífero se torna vulnerable. El riesgo se incrementa si en el entorno se desarrollan actividades generadoras de contaminantes cómo lo son la agricultura, la industria y la urbanización entre otras.

Como se ha observado en la descripción del acuífero, el mismo no es homogéneo y la capacidad de producción del reservorio se modifica de conformidad con cada pozo. En algunas zonas existen tipo diques de contención debido a cuerpos intrusivos, como rocas, en donde el agua está estancada. De esta manera el Sistema del Acuífero Guaraní es complejo.

Actualmente, no se conocen de forma segura sus mecanismos de recarga, el agua de lluvia no es su única fuente de alimentación. La recarga se produce por penetración del agua de lluvia así como también por el flujo que ingresa al área de recarga. Esta comprende tanto el afloramiento de areniscas como las áreas más extensas y contiguas a la anterior, en la cual las areniscas están revestidas por un manto fino de basaltos fracturados.

Los sitios de recarga y descarga del Guaraní y las zonas donde existen una alta concentración de usos y usuarios se consideran áreas críticas. Entre estas se pueden mencionar la Ciudad de Concordia (Argentina) y Salto (Uruguay) donde actualmente existe una prueba piloto donde se evaluando su comportamiento. También podemos agregar a la Ciudad de Rivera (Uruguay), Santa Ana do Livramento (Brasil) y Ribeirao Preto (Brasil). Pero el área más importante y fundamental de recarga y  descarga es el corredor transfronterizo entre el Paraguay, el Brasil y la Argentina.

Como se ha observado en la descripción del agua del Sistema del Acuífero Guaraní, ésta es de óptima en calidad. El agua llega al Acuífero a través de los ríos, lagos y otras formas del sistema hidrológico pasando por formas naturales de filtración y auto purificación biogeoquímica lográndose así que este fluido potable posea características  económicas, sociales y políticas adecuadas para el consumo humano.

Es necesario aclarar que aproximadamente entre el 60% a 65% del Sistema del Acuífero Guaraní se encuentra protegido por basaltos con espesores entre 200 metros hasta más de 1000 metros, lo que reduce su estado de vulnerabilidad y por ende el riesgo a contaminarse. Existen otros peligros potenciales que enfrenta el Acuífero y que es su explotación más allá de lo sostenible, es decir, la extracción de una mayor cantidad de agua de la que se repone constantemente.

También se puede agregar la interferencia hidráulica entre pozos vecinos, el riesgo de intrusión salina, procedente del sur-sureste, allí donde el Sistema del Acuífero Guaraní es explotado como agua termal con elevada salinidad de origen natural. La contaminación producida por la carencia de sistemas de tratamiento de aguas y residuos por vertidos industriales en sitios de recarga (líquidos residuales domésticos o contaminación por agroquímicos, etc.) en donde el estado no controla o no ha normado aún en la preservación del mismo.

2.2.           Actores sociales

Cómo se observó anteriormente las actividades económicas que se realizan en estos países que se benefician del recurso Sistema Acuífero Guaraní son a grandes rasgos las actividades orientadas para uso de consumo humano de grandes centros urbanos un 70%, para zona rural un 5% orientado a la agricultura y ganadería, para uso industrial un 20% y para uso turístico a través de centros de tratamientos de salud por las propiedades de sus aguas termales un 5%.

En este sentido resulta importante rescatar lo expresado por Cariola y Lacabana (1985) que es necesario “…recuperar la articulación de los procesos regionales a los procesos sociales globales y de identificar a los agentes sociales que los impulsan centrando la atención en sus relaciones contradictorias.” Es así que, para analizar las articulaciones de dichos agentes sociales locales en busca de contradicciones, implicaría una mayor labor que excede el presente trabajo.

Pero podemos advertir a grandes rasgos que esta distribución del uso del Acuífero también nos plantea la cuota de poder que recae sobre los agentes sociales. Entre estos agentes encontramos a aquellos que se benefician de la hiper urbanización cómo por ejemplo la Ciudad de San Pablo (Brasil) y que tienen una fuerte impronta en el uso de Acuífero. Esta hiperurbanización se da en un contexto de crecimiento de ciudades industriales y de servicios económicos y financieros en detrimento de las ciudades pequeñas y rurales que establece un tipo de relación sociedad-naturaleza distinta.

Continuando con el ejemplo de la Ciudad de San Pablo, la misma  es la Ciudad más industrial e importante de Latinoamérica, si observamos que además del Acuífero se hace un uso industrial en un 20%, vemos que ambas actividades tienen incidencia muy fuerte. De esta manera hay una “…apropiación del territorio por parte de agentes sociales locales y extralocales, aproximación que nos permite recuperar las formas específicas que el proceso social asume en un área determinada.” (Cariola, Lacabana, 1985).

Lo expresado anteriormente lo consideramos como el ámbito territorial que se extiende en forma desigual en el espacio geográfico donde se sitúa el Sistema del Acuífero Guaraní. En este sentido otros agentes sociales importantes que nos parece adecuado mencionar son aquellos que se dedican a la agricultura extensiva e intensiva. Actualmente Brasil tiene como propósito llegar a establecerse como el país granero del mundo. Esto implica la utilización de grandes extensiones del territorio al cultivo y ganadería que les permita a sus agentes sociales lograr acumulación económica.

Lo mismo sucede con Paraguay, Argentina y Uruguay que utilizan grandes extensiones de su territorio para estos cultivos y para la ganadería que se encuentran dentro del Sistema Acuífero Guaraní como es la soja, la yerba mate, los bosques de eucaliptos, etc. Estas serían las características endógenas relevantes de este ámbito territorial que nos “… permiten pensar en un subsistema de relaciones que denominamos subsistema regional…”(Cariola, Lacabana, 1985).

Es necesario agregar aquí a los diferentes niveles del Estado de cada uno de los países que se benefician con este recurso, que apoyan este modo de acumulación de capital y que permiten reproducirlo socialmente a través de la organización socio-política de estos agentes.

Es necesario agregar además, teniendo en cuenta la teoría de los sistemas abiertos, lo desarrollado con referencia la huella hídrica en el presente trabajo. En el mismo se han planteado los factores exógenos que interactúan es decir “…la autonomía relativa se hace referencia a las relaciones al exterior del circuito, vale decir a la sobredeterminación externa de estos subsistemas por otros de distinto orden o por el sistema global.” (Cariola, Lacabana, 1985).

3.    Marco legal e institucional

A partir de la Conferencia Río 92, los países del mundo acordaron abocarse a fortalecer el nuevo paradigma global de desarrollo económico con sustentabilidad ambiental. Este «mundo sostenible» que convoca a una nueva relación entre la humanidad y su hábitat, debe cumplir – en principio y de manera realista – con tres condiciones esenciales.

Estas tres condiciones esenciales son: 1) No deben aprovecharse los recursos renovables a una velocidad más alta de la que éstos necesitan para su renovación; 2) No deben aprovecharse los recursos no renovables a una velocidad más alta de la que se necesita para encontrar sustitutos, y 3) No debe producirse contaminación a una velocidad más alta de la que la naturaleza necesita para convertirlos en inocuos.

Es así, entonces, que el ESTADO, en lo que hace al medio ambiente, adquiriere responsabilidad para procurar una buena calidad de vida, conservar los recursos naturales renovables y administrar los no renovables, todo con criterio de equidad, sustentabilidad y teniendo como meta el BIEN COMUN.

La Declaración de Rio sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Principio #10), el Convenio de Diversidad Biológica (Artículo #14), el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Artículo #4), la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (Artículo #3), La Directiva Marco del Agua de la Comunidad Europea, y la Directiva de la Comunidad Europea sobre Acceso a la Información en materia de medio ambiente (ver artículos 3, 5 y 7), todos ellos son antecedentes que declaran posible la participación pública en materia ambiental y que es parte incluso del Derecho Internacional aplicable en la materia. A partir de ello se pueden extraer ciertas conclusiones respecto a cómo los Estados debieran regular la cuestión de la participación pública en la gestión de aguas compartidas.

3.1.           Proyecto para la protección ambiental y desarrollo sostenible del sistema acuífero guaraní

En el Sistema Acuífero Guaraní, los países que lo comparten acuerdan en crear el Proyecto de Declaración de Principios Básicos y Líneas de Acción para el mismo y cuyo principio primero manifiesta que “…es un Recurso hídrico transfronterizo que integra el respectivo dominio territorial soberano de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, en tanto que únicos titulares de dicho Recurso.” (Argüelles, 2007).

El proyecto se ejecutó durante el período comprendido entre mayo de 2003 y enero de 2009, con el apoyo financiero del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y de la Organización de los Estados Americanos como agencia de implementación. Para ello las partes acordaron que la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (SG/OEA), actuase como agencia ejecutora internacional del Proyecto.

El proyecto permitió a los países profundizar el conocimiento técnico, desarrollar instrumentos de gestión específicos y un Programa estratégico de Acción dirigido a fortalecer las capacidades institucionales y la cooperación regional para la gestión del Acuífero. La SG/OEA ejecutó técnica y administrativamente el Proyecto a través de su Departamento de Desarrollo Sostenible (DDS-OEA) y con el apoyo administrativo de las oficinas localizadas en cada país. El Proyecto se estructuró con base en 7 componentes:

I) Expansión y consolidación del conocimiento científico y técnico del Sistema Acuífero Guaraní, II) Desarrollo e implementación conjunta de un marco de gestión, III) Fortalecimiento de la participación pública, la comunicación social y la educación ambiental, IV) Evaluación, seguimiento y diseminación de los resultados del Proyecto, V) Desarrollo del adecuado manejo del acuífero y medidas de mitigación en áreas críticas identificadas, VI) Análisis del potencial geotérmico del acuífero y VII) Coordinación y gestión para la ejecución del Proyecto.

El propósito fue “…apoyar a los cuatro países para elaborar conjuntamente e implementar un marco común institucional, legal y técnico para manejar y preservar el Sistema Acuífero Guaraní para las generaciones futuras” (Elizondo 2006).

El Parlamento del Mercosur ha redactado la Recomendación al Consejo de Mercado Común sobre el diseño de una política común respecto al uso de los Recursos del Acuífero Guaraní, en el cual de manera introductoria, sostiene:

“Por lo antedicho, visto que no existe aún una Política, ni legislación común que regule la explotación sustentable de las agua superficiales y subterráneas transfronterizas, que la misma deberá contemplar la legitimación activa de las generaciones futuras, el control social y la participación ciudadana que son herramientas fundamentales para la preservación y el mantenimiento del mencionado recurso”. (MERCOSUR/PM/REC. 02/2008)

Teniendo en cuenta lo sostenido por el especialista en integración y geopolítica Roberto Bloch, (2005b) quien afirma que: “…una de las dificultades que presenta el proyecto es que tanto la ejecución de este plan en particular como el resto de las iniciativas del Mercosur, pueden verse obstaculizadas por la disparidad presentada por las respectivas legislaciones nacionales, que se derivan de sus propias características políticas”, en este sentido el proyecto se constituyó en un acuerdo que abarca a estos cuatros países donde se extiende el Acuífero.

A continuación, nos detendremos a puntualizar en lo que corresponde a las legislaciones que cada uno de ellos posee en materia gestión de aguas. En la República Argentina destacamos la importancia de los Artículos 41° y 124° de la Constitución Nacional de 1994. El artículo 41º de la Constitución Nacional determina los derechos de los habitantes con relación al ambiente y establece que «Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales».

Mientras el Artículo 124º «in fine” establece que «Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio». Además, nuestro país cuenta con un Acuerdo Federal del Agua, el cual establece los Principios Rectores de Política Hídrica y los fundamentos de una política hídrica nacional y racional.

Los Principios Rectores son, Artículo 1°: “El agua es un recurso renovable, escaso y vulnerable” y Artículo 2°: “Toda el agua que utilizamos, ya sea que provenga de una fuente atmosférica, superficial o subterránea, debe ser tratada como parte de un único recurso, reconociéndose así la unicidad del ciclo hidrológico y su importante variabilidad espacial y temporal. La conectividad hidrológica que generalmente existe entre las distintas fuentes de agua hace que las extracciones y/o contaminaciones en una de ellas repercutan en la disponibilidad de las otras”.

Dentro de los Puntos importantes se destaca a) Instalar nuevas conductas y actitudes de la sociedad en relación al agua, con el objeto de posibilitar una mejor comprensión de las cuestiones hídricas. b) Impulsar la participación comprometida e informada de la sociedad, en la gestión de los recursos hídricos, en todos sus niveles. c) Fortalecer los fundamentos de una política hídrica aglutinante de todos los actores, en todo el país.

A su vez, contamos con un Régimen de gestión ambiental de aguas, que es la Ley N° 25688 sancionada en 2002, la cual establece los presupuestos mínimos ambientales para la preservación de las aguas, su aprovechamiento y uso racional, la cual establece: Artículo 2°: “Se entiende por agua, aquélla que forma parte del conjunto de los cursos y cuerpos de aguas naturales o artificiales, superficiales y subterráneas, así como a las contenidas en los acuíferos, ríos subterráneos y las atmosféricas.”

Cabe agregar el Artículo 7°: La autoridad nacional de aplicación deberá: *Definir las directrices para la recarga y protección de los acuíferos; *Fijar los parámetros y estándares ambientales de calidad de las aguas; *Elaborar y actualizar el Plan Nacional para la preservación, aprovechamiento y uso racional de las aguas, que deberá, como sus actualizaciones ser aprobado por ley del Congreso de la Nación.

Se hace evidente que la Ley mencionada, da presupuestos mínimos en materia de gestión ambiental de aguas, pero adolece de no fijar los objetivos nacionales, ni las metas o modos de alcanzarlos. Por su parte, los Principios Rectores la Política Hídrica de la República Argentina aún no han sido normatizados, sin embargo, es dable mencionar que constituyen una suerte de derecho blando aceptado en la mayoría de las jurisdicciones y destacamos, que nuestro ordenamiento jurídico carece de una Ley Federal de aguas, herramienta necesaria para garantizar la gestión de los recursos hídricos en el país.

También encontramos pertinente mencionar las leyes provinciales, que se ocupan de la legislación puntual sobre el Acuífero y que es menester para la preservación de este Recurso Estratégico en tiempos actuales de escasez y un futuro con estrés hídrico en aumento: Ley Nº 5.641/2004 de la Provincia de Corrientes; Ley N°: 4326/2007 de la Provincia de Misiones.

La República Federal Brasil es la que mayor cantidad de legislación posee sobre Agua Potable y Acuíferos, siendo sus leyes claras y concientizadoras para la población, mostrando la necesidad del cuidado, la preservación y el buen uso del Recurso. La República Oriental del Uruguay cuenta con la Ley Nº 14.858 que da origen al Código de Aguas de este país.

En tanto que la República del Paraguay, a diferencia de los países ya analizados, no cuenta con una Ley Nacional sobre Recursos hídricos pero ha logrado implementar “el Sistema Nacional del Ambiente” para coordinar las políticas ambientales; la Ley N° 3001/2006 de valoración y retribución de los servicios ambientales (SEAM); también cuenta con la Resolución #170 del año 2006 que crea los Consejos de Aguas por Cuencas Hídricas.

Conclusión

            Existen muy pocos tratados y acuerdos específicos que proveen reglas para el desarrollo, la gestión y la protección de acuíferos compartidos por uno o más Estados. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay gestionaron de forma conjunta y coordinada el Proyecto para la Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible del Sistema del Acuífero Guaraní.

Aunque el agua subterránea almacenada en los acuíferos se renueva de forma natural, cuando se elimina más rápidamente de lo que se repone puede comenzar a escasear. Con el fin de diseñar estrategias de gestión adecuadas y comunicar el tema al público es necesario comprender la magnitud del problema realizando un balance indicativo entre el volumen total de agua dulce usado para producir los bienes y servicios producidos o consumidos por comunidad y la disponibilidad / capacidad de la fuente (Acuífero Guaraní) relativo a los lugares de especial interés; surge así la huella hídrica como herramienta predictivo-preventiva de gestión del agua del Acuífero.

El coste de producir bienes y servicios derivados del medioambiente corre por cuenta de la Madre Tierra. Si en realidad tuviésemos que pagar por los servicios ecosistémicos, el coste de la materia prima sería inmensamente superior. Pero, debido a que el valor de los bienes y servicios producidos por el medioambiente no es tenido en cuenta en el sistema de precios tradicional, los servicios ecosistémicos renovables suelen recibir poca atención a la hora de tomar decisiones económicas.

En lo anteriormente expresado es donde pone el énfasis y la lupa la economía ecológica, que es en la sostenibilidad del recurso, puesto que la totalidad de las economías de la Tierra quedarían destruidas si careciéramos de los servicios proporcionados por los sistemas ecológicos que preservan nuestra vida el valor actual del medioambiente para la economía es infinito.

Como base de un sistema cooperativo interestatal, un elemento que debe ponderarse adecuadamente es que no es lo mismo compartir el agua que compartir los beneficios derivados del agua. Es importante poner de relieve que los Estados obtienen mayores beneficios a través de la gestión integrada de una cuenca compartida que por medio de una gestión aislada. Además, sobre los beneficios directos y la reducción de los costos, la cooperación genera, a su vez, otro tipo de beneficios que no son cuantificables directamente como lo son la integración regional, la diversificación económica o la distensión de las relaciones políticas.

La participación en la gestión de cuencas no se puede limitar a esquemas de consulta y a representaciones sin capacidad de decisión. La participación debe garantizar un poder real de decisión a los actores civiles. Por poder real nos referimos a representación mínima garantizada a todos los actores sociales, usuarios del agua, antes locales y regionales, ciudadanos representados por medio de asociaciones medioambientales, en las instancias de decisión, como por ejemplo ocurre en los Consejos del Agua de las denominadas Confederaciones Hidrográficas en España.

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[1] http://www.wateraid.org/uk (Consultado el 01/03/2014)

[2] Analía Cáceres (2011). Acuífero Guaraní: Diversidad de usos y su delicado estado de Conservación. El espacio de la geografía. Instituto de Formación Docente “Prof. Agustín Goméz”.  Hppt//profgeo.wordpress.com/2012/02/05/acuifero-guarani-diversidad-de-uso-y-su-delicado-estado-de-conservación/ (Consultado: 03/03/2014).

[3] Jorge Néstor Santa Cruz (2009). «Sistema acuífero guaraní». Ciencia Hoy 19 (112). En la revista física puede leerse el artículo completo. Doctor en Ciencias Naturales con orientación en Geología de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

[4] Profesor Titular de Hidrogeología Universidad de Buenos Aires, Ciudad Universitaria Pabellón 2 (1428) Buenos Aires Argentina. Extraído del texto Acuífero Guaraní, características hidrogeológicas y Gestión para su manejo.

[5] El biólogo e investigadores José Roberto Borghetti Ernani da Rosa y su hijo son los autores del estudio más completo jamás realizado sobre el Acuífero en Brasil, que llegó a una conclusión: “El Acuífero Guaraní es una herramienta valiosa para el crecimiento en Brasil”. Hppt//profgeo.wordpress.com/2012/02/05/acuifero-guarani-diversidad-de-uso-y-su-delicado-estado-de-conservación/ (Consultado: 03/03/2014).

[6] El Acuífero Guaraní: diversidad de uso y su delicado estado de conservación. Autor Cristina Bedold. Publicado en Ríos, Selva Paranaense, Selva Paranaense Argentina. Hppt://elparanaense.com.ar/ii-85/ (Consultado: 03/03/2014)

[7] Acuífero Guaraní, mayor Riqueza del Paraguay. Autor Daniel Merolla AFP. Nota extraída del Diario abc. Color.  Hppt://www.abc.com.py/…/la-mayor-riqueza-del-paraguay-621694.html‎ (Consultado: 03/03/2014).

[8] Así como el concepto de huella ecológica introducido en la década del 90´ permite mediante su cálculo conocer la demanda que se hace de los ecosistemas para satisfacer nuestra calidad de vida (comida, movilidad, vivienda y bienes/servicios), poniéndola en relación con la capacidad del planeta de regenerar efectivamente los recursos (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) y de asimilar los desechos. Huella ecológica de una población representa el área de tierra productiva y ecosistemas acuáticos necesarios para producir los recursos, bienes y servicios empleados por dicha población y para eliminar sus residuos.

[9] Acuífero Guaraní, mayor Riqueza del Paraguay. Autor Daniel Merolla AFP. Nota extraída del Diario abc. Color.  Hppt://www.abc.com.py/…/la-mayor-riqueza-del-paraguay-621694.html‎ (Consultado: 03/03/2014).

[10] El agua virtual es un concepto introducido por John Anthony Allan a principios de los ‘90, cuando estudiaba la importación de agua como solución a los problemas de escasez en Medio Oriente.

[11] http://www.naturalezaparaelfuturo.org/observatorios/HH%20y%20Agua%20virtualo.pdf Consultado: 20/02/2014)

[12] Una persona bebe de 2 a 4 litros de agua por día pero se necesitan de 2.000 a 5.000 litros para producir sus alimentos diarios, según la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

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